La finalidad de este trabajo consiste en una reflexión sistemática de lo que significa cristianamente evangelización. El término "evangelización" incluye dos tipos de realidades unificadas, pero diversas; incluye un contenido a comunicar y la acción de comunicar ese contenido. Dando una primera definición nominal de evangelización podemos decir que es la comunicación de una buena nueva. Aun cuando obviamente, a lo largo de la historia de la evangelización, esta definición nominal tiene ya una concreción bastante clara, hay que dejar sentado desde el principio que no cualquier evangelización es ya cristiana. Visto negativamente no hay que presuponer que cualquier "buena nueva" que se anuncia sea cristiana, e incluso que la buena nueva que se ha ido anunciando a lo largo de la historia de la Iglesia haya sido plenamente cristiana. Y más importante aún, no hay que presuponer que cualquier modo de hacer presente esa buena nueva sea cristiano; es decir, no hay que presuponer que el modo de evangelizar tenga la misma estructura que otros tipos de anuncios de buenas nuevas o de proselitismos. Visto positivamente hay que afirmar que para que la evangelización sea cristiana debe haber una mutua relación, que será específicamente cristiana, entre el contenido de lo que se hace presente y el modo de hacerlo presente. No cualquier tipo de misionar hace justicia al contenido de la buena nueva cristiana, ni cualquier comprensión de ese contenido exige el que tenga que ser comunicado a otros. Lo que nos interesa por lo tanto recalcar desde el principio es que al abordar el tema de la evangelización hay que determinar cristianamente lo que significa evangelización en sus dos vertientes. Lo que aquí enunciamos muy genérica y abstractamente, es lo que pretendemos elaborar e iluminar a lo largo de este estudio.