La Ecología Emocional, modelo creado por Jaume Soler y Mercè Conangla en el año 2002, es el arte de la sostenibilidad emocional. Se trata de gestionar nuestra energía emocional de forma creativa y amorosa de tal forma que sirva para mejorarnos como personas, aumentar la calidad de nuestras relaciones y respetar y cuidar nuestro mundo. Ofrece un paralelismo creativo entre la gestión medio ambiental y la forma de entender y gestionar las emociones.